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miércoles, 28 de mayo de 2025

DESPUÉS DE LOS 30- PARTE 2: HIDRATACIÓN Y TRATAMIENTO

 




A partir de los 30, la piel comienza a mostrar los primeros signos del envejecimiento: menos luminosidad, líneas finas, pérdida de firmeza y mayor sensibilidad. Por eso, además de una buena limpieza (como vimos en la Parte 1), hidratar y tratar se vuelve esencial para mantener una piel sana, jugosa y protegida.


1.  Hidratación: la clave para una piel elástica y luminosa.

A esta edad, la piel pierde agua con mayor facilidad, así que usar un buen hidratante es imprescindible. Lo ideal es aplicar productos que contengan:

 

Ácido hialurónico: hidrata en profundidad y ayuda a mantener la elasticidad.

Glicerina: retiene la humedad y suaviza la piel.

Ceramidas: restauran a barrera cutánea, ideal si sentís tirantez.


Consejo: Aplica la hidratante sobre la piel ligeramente húmeda para sellar mejor la hidratación.


2.  Tratamientos: activos que marcan la diferencia.

Aquí entran los sueros y tratamientos específicos, elegidos según las necesidades de vuestra piel. Algunos de los más recomendados después de los 30:


Vitamina C: ilumina, mejora el tono y protege del daño ambiental.

Niacinamida: unifica el tono, regula el sebo y refuerza la barrera cutánea.

Retinoides (retinol, retinal): estimulan la producción de colágeno y mejoran arrugas y textura (ideal para la noche, con precaución y progresivamente).

Péptidos: ayudan a reafirmar y regenerar la piel.


3.  ¿En qué orden aplicar los productos?

 

1.  Limpieza

2.  Tónico (opcional)

3.  Suero (vitamina C por la mañana, retinol por la noche)

4.  Contorno de ojos

5.  Crema hidratante

6.  (Y al final de la rutina de día: protector solar, que veremos en la Parte 3)


Consejos extra para potenciar la hidratación y el tratamiento.


*  Masajes faciales: al aplicar vuestra crema o sérum, realizar movimientos ascendentes y suaves para activar la circulación y mejorar la absorción de los productos.

No olvidéis el cuello y el escote: estas zonas también muestran signos de la edad y merecen los mismos cuidados que el rostro.

Cambiar vuestra hidratante según la estación: usar texturas más ligeras en verano y más ricas en invierno.

*  Hacer pausas entre capas: esperar unos segundos entre cada paso de vuestra rutina para que los productos se absorban mejor.

Constancia sobre cantidad: más vale usar pocos productos bien elegidos cada día que muchos de forma esporádica.