Los aceites esenciales son sustancias que se
encuentran en diferentes tejidos vegetales, contienen numerosos compuestos químicos naturales,
procedentes de la planta de la que se extraen, y que podemos utilizar como
remedio casero en numerosas situaciones. De hecho, la aromaterapia es una técnica muy
antigua que utiliza los aceites
esenciales con fines terapéuticos, tanto a nivel físico como
emocional. Aunque también podemos utilizar sus magníficas propiedades en el
ámbito de la cosmética.
¿QUÉ PROPIEDADES TIENEN LOS ACEITES ESENCIALES?
Cada
aceite esencial contiene las propiedades específicas de la planta de la
que se obtiene, cuyos componentes químicos nos servirán para distintas
finalidades. Por ejemplo, un aceite esencial puede ser sedante (jazmín) mientras que otro tiene capacidad para estimular el
sistema nervioso (romero). Unos destacan por sus propiedades bactericidas (tomillo), mientras que
otros tienen mayor capacidad analgésica (menta), etc.
Pero en líneas generales, y
gracias a sus compleja composición molecular, todos los aceites esenciales son, en mayor o menos grado:
-Antibióticos
-Regeneradores celulares
-Antisépticos
-Inmunoestimuladores
-Antivíricos
-Antiinflamatorios
-Mejoran la circulación
sanguínea y linfática
-Equilibran las emociones
Mas adelante dedicare otra
entrada con los distintos aceites esenciales y sus
propiedades específicas y aplicaciones.
¿CÓMO PENETRAN EN EL CUERPO
LOS ACEITES ESENCIALES?
Existen diferentes vías por las que los aceites
esenciales pueden penetrar dentro del organismo. Vamos a fijarnos en las tres más comunes:
VÍA ORAL:
A través del aparato digestivo, un aceite esencial puede incorporarse a nuestro
torrente sanguíneo cuando lo ingerimos. Sin embargo está totalmente desaconsejado realizar esta
práctica por nuestra cuenta. Ingerir un aceite esencial sólo
debe hacerse bajo prescripción médica. La Escuela Francesa de Aromaterapia está
especializada precisamente en la administración oral de aceites esenciales con
fines terapéuticos, ya que en Francia existen profesionales de la medicina
especialistas en aromaterapia que
cuentan con laboratorios farmacéuticos que elaboran fórmulas específicas.
VÍA RESPIRATORIA:
Los
aceites esenciales son partículas volátiles, es decir, se evaporan. Al ser inspiradas,
penetran en el organismo a través de los alvéolos pulmonares llegando hasta
nuestro torrente sanguíneo. La rapidez y eficacia con la que se incorporan
depende de muchos factores como, por ejemplo, la intensidad de la respiración,
la cantidad de oxígeno que tengamos en sangre, o las particularidades
específicas del aceite en cuestión.
En la cavidad nasal, además,
tenemos unas células que transmiten la información recibida desde el exterior
hasta el cerebro, para que este procese e interprete los estímulos recibidos. El intenso aroma de los aceites esenciales tiene un efecto
inmediato en las emociones, por
eso, una de sus principales aplicaciones consiste en equilibrar estados de
ánimo desordenados o extremos.
VÍA TOPICA (A TRAVÉS DE LA PIEL)
Atravesando
las distintas capas de la piel, los aceites esenciales también acceden a
nuestro torrente sanguíneo y se difunden por todo el cuerpo. Al margen del
efecto general de los aceites esenciales en todo el organismo, la epidermis es una
de las más beneficiadas con su uso continuado, pues no sólo hidratan y nutren la piel, sino que
además la mayoría de los aceites esenciales son efectivos regeneradores celulares, estimulando el crecimiento celular en las capas más
profundas.
La rapidez de penetración en
sangre dependerá, sobre todo, de la densidad o fluidez del aceite en cuestión.
¿CÓMO SE USAN LOS ACEITES
ESENCIALES?
Como ya hemos visto, podemos
usar determinadas propiedades de los aceites esenciales simplemente inspirándolos, por ejemplo, para calmar el sistema nervioso, para
despejar las vías respiratorias o para calmar las emociones.
Otras propiedades nos pueden
resultar más efectivas aplicándolos sobre la piel, pero en
este caso, debemos tener en cuenta algunas consideraciones. Puesto que se trata
de sustancias muy concentradas con propiedades terapéuticas, siempre debemos
utilizarlos con precaución. Excepto la lavanda, la manzanilla y el árbol del té, que son los únicos tres aceites esenciales que
pueden aplicarse directamente en la piel (aunque más seguro es usarlos
diluidos), los aceites esenciales deben utilizarse siempre
diluidos en una sustancia conductora. Para que conozcáis las precauciones exactas y la dosificación
específica, creare otra entrada que titulare precauciones y dosificación
en el uso de los aceites esenciales.
La mejor opción es diluirlos
en aceites vegetales,
sustancias mucho más suaves y especialmente recomendadas en el área de la cosmética.
Aunque también existen otras opciones como la arcilla (con la
que podemos elaborar cremas naturales).
¿CÓMO SE EXTRAEN LOS ACEITES
ESENCIALES?
Existen diferentes métodos
para extraer esta preciada sustancia que dependen, sobre todo, de la zona de la
planta donde el aceite esencial se encuentre más concentrado.
DESTILACIÓN POR VAPOR.
Es el método más común de extracción de los aceites esenciales. Se suele
utilizar con plantas relativamente resistentes cuya
esencia se encuentra en partes como las hojas, el tallo, el tronco, etc. Para
ello se utiliza un alambique en el
que se introduce la parte de la planta que queremos destilar junto con agua. Al
calentarse, el vapor arrastra las moléculas volátiles de la planta que van a
parar a otro recipiente junto con el vapor. Al enfriarse, la diferente densidad
del agua con el aceite hace que la esencia quede depositada en la parte
superior separada del vapor, ya convertido en agua.
EXPRESIÓN.
Este método se utiliza para
extraer la esencia de los frutos cítricos, ya que sus aceites esenciales se encuentran en la
piel exterior del fruto y para obtenerlos es necesario prensar su corteza.
MACERACIÓN.
Esta técnica consiste en
introducir la planta durante algún tiempo en otro líquido hasta que este
captura sus propiedades. Cuando la maceración se hace en aceites vegetales se
llama oleato; cuando la maceración se hace en alcohol, se llama tintura.
EXTRACCIÓN CON DISOLVENTES VOLÁTILES.
Esta técnica se utiliza
cuando se quiere extraer una parte muy delicada de la planta que no
soportaría la destilación por vapor, como por ejemplo, los pétalos de flores como la rosa o el jazmín. Este proceso es mucho más complejo que los
anteriores y se necesita una cantidad enorme de materia prima para la
extracción. Por eso, los aceites esenciales obtenidos con este sistema tienen
un precio muy elevado. Consiste en utilizar determinados disolventes para,
al igual que en la maceración, conseguir que la esencia de la planta quede
retenida en ellos. A continuación se elimina la humedad y se obtiene la esencia
que en este caso se llama “Absoluto”.