¿QUÉ SON LAS SEMILLAS DE CHIA?
La chía es una semilla comestible de la planta Salvia hispánica de la
familia de la menta que crece en abundancia en el sur de Méjico, extendiéndose
su cultivo a muchas otras partes del mundo como a Australia, actualmente uno de
los principales productores. A pesar de la reciente popularidad, las pequeñas
semillas negras y blancas fueron un componente
principal de las dietas aztecas y mayas en la época precolombina y fueron la
ración básica de supervivencia de los guerreros aztecas.
La existencia de las semillas de chía se remonta a 3500
antes de Cristo en América Central y el nombre proviene de la palabra maya "Chía" que
significa fuerza. Se cree que las semillas de chía fueron utilizadas por
los mensajeros mayas, que podían llevar en una pequeña bolsa una cantidad
suficiente para mantener la energía durante largas travesías aumentando su
resistencia.
Para los aztecas la
chía era considerada también como un medicamento y fue utilizada de múltiples maneras como por
ejemplo para estimular el flujo
de saliva, aliviar el dolor en las articulaciones y calmar la piel irritada.
En Méjico fue
un cultivo importante pero después de la conquista española las autoridades la
prohibieron porque los indígenas utilizaban las semillas como ofrendas en los
rituales aztecas. Las semillas de chía fueron posteriormente reemplazadas por
otras semillas más populares hoy en día como el maíz, hasta que en 1991 se
inició un proyecto para recuperar alimentos perdidos donde se incluyó las
semillas de chía.
En 100 gramos de semillas de chía
hay 20,7 g de proteínas, 32,8 g de aceite de los cuales el 64% son ácidos
grasos omega 3,41.8g en hidratos de carbono de los cuales fibra es 41.2g, 714mg
de calcio, 16.4mg de hierro, 613mg de niacina (B3), 0.18mg de tiamina (B1), 0.04mg
de riboflavina (B2).
Además, contienen cantidades importantes de fibra soluble,
la cual ayuda a mejorar los niveles de lípidos en sangre y contienen al igual
que otros alimentos, antioxidantes que ayudan a evitar el daño en las venas y
así evitar que el colesterol se adhiera a ellas.
BENEFICIOS DE CONSUMIR SEMILLAS DE CHÍA.
Proporciona energía y aumenta la fuerza y resistencia. La chía es una de las
fuentes de proteína completa de origen vegetal más alta. La combinación de la
proteína completa, vitaminas, minerales y el equilibrio de azúcar en la sangre trabajan
juntos para proporcionar una energía constante y así poder afrontar los retos
diarios.
Regula los niveles de azúcar en
la sangre, retardando el proceso por el cual las enzimas
digestivas descomponen los hidratos de carbono y las convierten en azúcar.
Después de las comidas especialmente si coméis alimentos con almidón o dulces
podréis llegar a sentirnos cansados y sin energía. Al equilibrar el azúcar en
la sangre, no sólo reducimos el
riesgo de diabetes tipo 2, también garantizamos una energía constante
durante todo el día. Si añadís chía a vuestra comida os ayudará a evitar las subidas y bajadas en
el azúcar en sangre y regulara por tanto la hormona insulina.
Ayuda en la pérdida de peso, las
semillas y su acción gelificante única mantiene la sensación de saciedad
durante horas.
Favorece la regularidad
intestinal, barriendo literalmente a través del tracto intestinal
gracias a la fibra soluble que contienen, disolviendo y eliminando basura acumulada
en los intestinos. Muchas personas encuentran que sus heces también se vuelven
más regulares. La fibra soluble y
el revestimiento de gel de la semilla mantienen el colon hidratado y asegura el
movimiento fácil de los alimentos.
Sin gluten. La
proteína de la semilla de Chía no contiene gluten lo que la hace apta para celíacos.
Las semillas de chía por sus aceites Omega 3, magnesio y
calcio, son de buena ayuda en cualquier tratamiento antinflamatorio.
INDICACIONES DE LAS SEMILLAS DE
CHÍA.
Pérdida
de peso
Problemas
de tiroides
Hipoglucemia
Diabetes
Intolerancia
al gluten
Reflujo
ácido / problemas gástricos
Control
del colesterol
EFECTOS SECUNDARIOS DE LAS
SEMILLAS DE CHÍA.
Las semillas de chía pueden tener en algunas personas efectos secundarios, aunque no se
conocen componentes tóxicos en las semillas de chía.
Pueden reducir la presión
sanguínea en el cuerpo, sobre todo en personas de mayor edad y
especialmente si se está tomando medicamentos para la presión arterial. Las
personas que toman anticoagulantes como
la warfarina deben evitar las semillas de chía.
Deberéis comprobar si vuestro cuerpo reacciona de manera
anómala tras el consumo de semillas de chía, podríais ser alérgicos. Si sois alérgicos a los frutos secos y
semillas es probable que también lo seáis a la chía. También si
sois alérgicos a las plantas de la familia de la Salvia deberéis consumirlas
con precaución.
En cualquier caso o duda
CONSULTAR SIEMPRE CON PROFESIONALES DE LA SALUD CUALIFICADOS que podrán reconocer
vuestro caso concreto y dar una solución adecuada.
CÓMO CONSUMIR SEMILLAS DE
CHÍA.
Las semillas de chía son fáciles de digerir, sus nutrientes
son rápidamente asimilados por el organismo. La forma más común de comer chía
es mezclando las semillas con
agua, zumo o algún alimento líquido, pudiendo absorber muy rápidamente
en menos de 10 minutos una gran cantidad de líquido entre 9-12 veces su
volumen.
Se formará un gel que podréis
agregar a los batidos, mezclar con aliños de ensaladas, postres o simplemente
tomarlo a cucharadas. Para hacer la receta del gel mezclar 1/3 de una taza de
semillas más 2 tazas de agua y remover. Lo podéis almacenar en la nevera y
utilizarlo cuando queráis.
Si mezcláis las semillas con
agua y agregas el jugo de un limón y azúcar podéis hacer una bebida conocida en
Méjico y América Central como "chía
fresca".
También podéis añadir a
ensaladas los brotes tiernos de
las semillas de chía, son fácilmente digeribles y contienen muchas
vitaminas y minerales. O podéis espolvorear las semillas directamente sobre las
ensaladas o añadirlas a los cereales o lácteos, o molerlas para agregar a
batidos, sopas, etc.
Para obtener los mayores
beneficios para la salud las semillas de chía mejor consumirlas en su forma natural, en lugar de consumirlas en
forma de aceite o suplemento. Como las nueces, son bajas en grasas saturadas y
no contienen colesterol, pero como todos los frutos secos y semillas son más
densos en calorías, por lo que es importante consumirlas con moderación.