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domingo, 10 de abril de 2016

COLESTEROL NUESTRO ENEMIGO SILENCIOSO





El corazón es un motor situado en el centro de nuestro cuerpo que distribuye por todo el cuerpo la sangre la cual transporta el oxígeno y los nutrientes, a la vez que se deshace de todo aquello que no necesitamos. El corazón bombea unas 100.000 veces al día de media, que en 70 años de vida hacen un total de 2.500 millones de latidos. Cuando el corazón late, bombea casi 5 litros de sangre por minuto a través de una red de vasos sanguíneos de un total de 97.000 Km. de longitud.  Y lo más sorprendente es que la sangre tarda alrededor de 20 segundos en completar su recorrido por el sistema circulatorio. 
Por eso es tan importante cuidar este órgano, ya que las enfermedades cardiovasculares son unas de las principales causas de muerte y entre todas ellas el colesterol se ha convertido en ese terrible fantasma que nos amenaza sigilosamente.

¿QUÉ ES EL COLESTEROL?

El colesterol es un tipo de grasa que fabricamos de manera interna y que se encuentra en los tejidos corporales y en la sangre, aunque también podemos incorporarlo de manera externa a través de la dieta. El colesterol es imprescindible, ya que realiza, entre otras muchas, las siguientes funciones:

  • Es uno de los componentes esenciales de las membranas celulares. Es decir, las paredes de nuestras células están compuestas de colesterol. Al no ser hidrosoluble (ya que es una grasa) permite a la célula protegerse e intercambiar fluidos del interior al exterior.
  • Es el percusor de la vitamina D.
  • Es precursor de hormonas, como progesterona, estrógenos, testosterona o cortisol.
  • Nuestro cuerpo utiliza colesterol para reparar las fisuras de las paredes venosas.
  • Es el percusor de las sales biliares.

No podríamos vivir sin colesterol y, de hecho, el organismo humano dispone de sus propios mecanismos para garantizar que en ningún momento nos afecte una carencia de colesterol.

El hígado produce la mayoría del colesterol en sangre y, además, es el encargado de regular estos niveles.

Una parte muy pequeña del colesterol presente en nuestro cuerpo proviene de los alimentos que ingerimos y, cuando comemos muchos alimentos ricos en colesterol, el hígado reduce su producción.

En otras palabras…

Consumir alimentos con alto contenido de colesterol apenas altera los niveles totales de colesterol en sangre, ya que el hígado los mantiene estables.


TIPOS DE COLESTEROL.

El colesterol es una molécula liposoluble, se disuelve en grasa, y esto le impide desplazarse por sí mismo a través del torrente sanguíneo.

Por este motivo, existen unas estructuras denominadas lipoproteínas que son las encargadas de transportar el colesterol a través de la sangre:

  • LDL: lipoproteínas de baja densidad, es decir, moléculas que transportan el colesterol desde el hígado al resto del cuerpo.(lo que conocemos como colesterol malo).
  • HDL: lipoproteínas de alta densidad, es decir, moléculas que transportan el colesterol desde el cuerpo al hígado. (colesterol bueno).

¿A QUE SE DEBE ESTA DENOMINACIÓN?

  • Colesterol LDL:
Es “malo” porque cuando existe un exceso de este tipo de lipoproteínas, estas pueden acumularse en las paredes de venas y arterias dejando “pegado” el colesterol que transportan.

  • Colesterol HDL:
Es “bueno” porque las lipoproteínas recogen la grasa circulante o pegada en las venas y la llevan hacia el hígado, donde se procesa.

Cuanto más elevados son los niveles de colesterol HDL, menores son las probabilidades de que el colesterol tapone las venas y menor es el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Asimismo, el colesterol LDL se subdivide en dos tipos según el tamaño de las lipoproteínas:

  • LDL pequeño y denso.
  • LDL grande y ligero.

Según varios estudios, las personas que generalmente poseen partículas LDL pequeñas suelen poseer tres veces más riesgo de sufrir problemas cardíacos que las personas con mayoría de partículas LDL grandes.

¿QUÉ OCURRE SI EXISTE UN EXCESO DE COLESTEROL EN SANGRE?

La presencia de grandes cantidades de colesterol en el organismo está asociada a la aterosclerosis, la principal causa de enfermedades cardiovasculares.

La aterosclerosis consiste en la acumulación excesiva de colesterol en las paredes arteriales formando una especie de placa que va creciendo a medida que el colesterol, las células inflamatorias y los tejidos dañados se van depositando en ella.

Con el tiempo, esta placa puede alcanzar un grosor muy elevado, romperse y provocar la coagulación de la sangre que pasa por la arteria.

El coágulo taponaría la arteria, bloquearía el flujo sanguíneo y evitaría que el oxígeno llegase al corazón, provocando la muerte de una parte del mismo.

Esto es lo que se conoce como ataque cardíaco o infarto y, en muchas ocasiones, puede causar la muerte.

Otro problema de tener el colesterol elevado y aterosclerosis es que el colesterol sea devorado por una célula llamada macrófago.

Cuando el colesterol, u otro tipo de esterol, intentan depositarse en la pared arterial, los macrófagos pueden ingerirlos y provocar una reacción inflamatoria que agrava más la situación y puede convertirse en un círculo vicioso.

El colesterol y las lipoproteínas es un tema muy amplio y este post es tan solo un resumen básico para que podáis saber, al menos, si vuestros niveles de colesterol suponen o no un peligro.