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domingo, 29 de octubre de 2017

HIPERHIDROSIS: CAUSAS, TIPOS Y TRATAMIENTO



QUÉ ES LA HIPERHIDROSIS.

La hiperhidrosis es el exceso de sudor o transpiración excesiva que se produce de forma espontánea, sin ser causada por temperaturas altas o por situaciones de tensión física o emocional.

¿POR QUÉ SUDAMOS?

La transpiración es una función de la piel que supone la liberación de líquidos ricos en sales, por parte de las glándulas sudoríparas. Esta función sirve, fundamentalmente, para favorecer la termorregulación, es decir, para mantener constante la temperatura corporal a 37 º C.

Cuando el cuerpo necesita liberar calor se produce la transpiración y el refrescamiento de la piel por evaporación. Por este motivo sudamos cuando tenemos calor, durante el ejercicio físico o en situaciones de tensión, en la que la descarga nerviosa aumenta nuestra temperatura corporal.
El cuerpo humano cuenta con un total de entre 2 y 4 millones de glándulas sudoríparas, que se activan en la pubertad. Las glándulas sudoríparas localizadas en las palmas de las manos, plantas de los pies, cráneo, rostro y axilas son especialmente sensibles a los estímulos psicológicos.

HIPERHIDROSIS: EL HANDICAP SILENCIOSO

La hiperhidrosis puede afectar al 2% de la población de raza blanca. Este porcentaje es superior en personas de origen asiático, sobre todo en japoneses. Se presenta con más frecuencia entre los 25 y los 64 años y, en un 40% de los casos, suele haber algún familiar más que lo padece, lo que demuestra su tendencia hereditaria.

Se observa, sobre todo, en manos, axilas, pies y región púbica, debido a la alta concentración de glándulas sudoríparas en estas zonas.

La hiperhidrosis puede presentar distintos grados de afectación.

Grado I: La sudoración no se nota nunca ni impide la actividad normal.
Grado II: La sudoración es tolerable, pero a veces impide la actividad normal.
Grado III: La sudoración es raramente tolerable y frecuentemente impide la actividad normal.
Grado IV: La sudoración no es tolerable e interfiere continuamente en la actividad normal.

Aunque se trata de un problema relativamente frecuente que puede generar estrés y ansiedad y a pesar de las limitaciones dentro del campo laboral, académico y social que puede causar la hiperhidrosis, generalmente las personas lo sufren en silencio y no suelen acudir al dermatólogo cuando se manifiestan los síntomas por primera vez.
El impacto psicológico de la hiperhidrosis puede acomplejar o interferir en la vida diaria de quien lo padece. Las personas afectadas tratan de acomodarse al problema y suelen adoptar pautas especiales de comportamiento:
Evitan situaciones que conduzcan al contacto físico, como saludar con un apretón de manos.

Limitan los movimientos de los brazos y adoptan posturas rígidas para ocultar la sudoración excesiva de las axilas.

Se cambian varias veces de ropa a lo largo del día.
Evitan actividades que supongan sujetar objetos con seguridad.

TIPOS DE HIPERHIDROSIS.

SEGÚN LA CAUSA:

Primaria: suele ser más localizada (focal) y de causa desconocida.
Secundaria: obedece a situaciones clínicas subyacentes y suele tener un patrón corporal más generalizado. Puede aparecer en distintos momentos de la vida del paciente en relación a la menopausia, ciertas drogas, problemas de tiroides, tumores o intoxicaciones leves de mercurio.

SEGÚN LA LOCALIZACIÓN:

Axilar.
Palmoplantar.
Gustativa.
Generalizada.
SEGÚN LA EXTENSIÓN:
Hiperhidrosis localizada: cuando la hipersudoración abarca una superficie igual o menor a 100 cm cuadrados.
Hiperhidrosis generalizada: cuando el exceso de sudoración abarca una superficie mayor a 100 cm cuadrados en la piel.

CAUSAS DE LA HIPERDROSIS.

HIPERHIDROSIS PRIMARIA

En la hiperhidrosis primaria, la causa no es del todo conocida.
Se relaciona claramente con una hiperactividad simpática y un exceso de respuesta sudomotora.
Como muy bien saben las personas que la sufren, las situaciones de tensión, como la excitación o el estado de nervios, suele exacerbar el cuadro. Una queja muy común entre las personas con hiperhidrosis es que se ponen nerviosos cuando detectan que han roto a sudar, entonces el cuadro se dispara y sudan mucho más profusamente.
Ciertos hábitos, tales como el consumo de bebidas alcoholicas, nicotina, cafeína y ciertas comidas u olores también pueden disparar el grado de sudoración.

HIPERHIDROSIS SECUNDARIA

La hiperhidrosis secundaria suele ser generalizada y presentarse inmersa en otros cuadros clínicos, con otros síntomas:
Alteraciones del funcionamiento de la médula espinal.
Neuropatías periféricas.
Lesiones cerebrales.
Lesiones tumorales intratorácicas.
Problemas sistémicos (feocromocitoma, parkinson, tirotoxicosis, entre otros).
Intoxicaciones de mercurio.

HIPERHIDROSIS LOCALIZADA

Las hipersudoraciones de hasta 100 cm cuadrados pueden estar relacionadas con la presencia de (entre otros):
Tumor glómico.
Nevus azul.
Paquidermoperiostosis.
Neuropatía diabética.
Parotiditis.
Abscesos de parótida.

TRATAMIENTO DE LA HIPERHIDROSIS

TOXINA BOTULÍNICA PARA HIPERHIDROSIS AXILAR Y PALMO-PLANTAR

El tratamiento de la hiperhidrosis con toxina botulínica es una solución cómoda y eficaz que puede aplicarse tanto en axilas como en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
La infiltración de toxina botulínica se realiza a través de agujas muy finas. La toxina botulínica genera un bloqueo de la función de las glándulas sudoríparas, por lo que reduce la producción de sudor en las áreas donde se administra esta sustancia.
El tratamiento tiene una duración de entre 40 y 60 minutos.
Los resultados tienen una duración de unos 6 meses.
Se puede reanudar la actividad normal inmediatamente después del tratamiento.

OTROS TRATAMIENTOS DE LA HIPERHIDROSIS

TRATAMIENTOS MÉDICO-DERMATOLÓGICOS:

Clorato de aluminio: empleado como antiperspirante, suele requerir altas concentraciones en los productos, por lo que puede causar irritaciones en la piel. Su eficacia tarda unos 5 días en manifestarse.
Sustancias anticolinérgicas: Oxibutina, Glicopirrolato y otras, que no están exentos de efectos secundarios.

TRATAMIENTOS QUIRÚRGICOS:

Eliminación de las glándulas sudoríparas mediante diferentes procedimientos quirúrgicos de distinto grado de impasividad: succión, curettage subdérmico, liposucción o curettage directo, éste último mediante la disección y despegamiento de un colgajo cutáneo que permita revertir la piel y extirpar la mayor parte de las glándulas.
Simpatectomía Endoscópica Torácica: inutiliza los ganglios torácicos principales de la cadena paravertebral, responsables de la inervación de la región a tratar. El éxito de esta cirugía es mayor en niños y presenta una eficacia del 80%. Están descritos altos ratios de hipersudoraciones de compensación, que aparecen en zonas que no sudaban antes de la cirugía. Una variante de esta técnica es la simpatectomía lumbar para la hiperhidrosis plantar, que se acompaña de efectos secundarios que la hacen poco viable.