Cada vez más y más gente tiende a consumir productos
cosméticos sin parabenos debido a una gran polémica que surgió a partir de
2004, pero ¿qué son los parabenos? ¿Realmente nos perjudican?
¿QUÉ SON?
Los parabenos o parabenes (deriva de la palabra inglesa
parabens) son un grupo de 6 conservantes. Su nomenclatura química es “éster de
para-hidroxibenzoico” y contienen metanol, etano o propanol.
En la UE (Unión Europea), se les han asignado los siguientes
códigos: E214, E215, E216, E217, E218 y E219. En cosméticos se suelen
identificar también con estos nombres: Benzoato de sodio, el Sodium (y
Ammonium) Laureate Sulphate.
Los parabenos son sustancias orgánicas, que se pueden
encontrar por ejemplo en los arándanos (los parabenos orgánicos se metabolizan
correctamente al ser ingeridos), pero el 90% de los parabenos que se utilizan
son sintéticos, es decir, han sido sintetizados artificialmente y no tienen un
origen orgánico.
¿PARA QUÉ SE UTILIZAN?
Los parabenos se utilizan desde 1925 como conservantes
cosméticos en dentífricos, cremas, desodorantes, champús, cosmética infantil,
geles, lubricantes, tónicos, maquillaje, laca de uñas..., pero también se
utilizan en sus diferentes tipos para conservar bollería, comida precocinada,
refrescos, salsas e incluso carne fresca.
También se utilizan para la composición de varios productos farmacéuticos,
como jarabes para la tos, antiácidos, funguicidas vaginales, antibióticos y en
composiciones de paracetamol e ibuprofeno.
Tiene una función conservante y protectora, evita la
infección con microorganismos (microbios), hongos o bacterias. Los parabenes se
utilizan mucho en la industria cosmética, aproximadamente en un 70-90% de los
productos cosméticos de uso frecuente.
¿SON TÓXICOS?
Los parabenos son sustancias aprobadas por las autoridades
sanitarias europeas y españolas y están catalogados como productos con baja
toxicidad y seguros, ya que nuestro organismo es capaz de absorber y metabolizar
esta sustancia y eliminarla de forma rápida.
¿…Y ENTONCES POR QUÉ LA ALARMA?
En 2004 se realizó un estudio (llevado a cabo por oncólogos
en la University of Reading, en Edimburgo) con tejido cancerígeno en el que
saltó la alarma por primera vez, ya que en el 90% de las muestras analizadas
procedentes de pacientes con cáncer de mama se habían encontrado trazas de
parabenos. Después de varios estudios posteriores, no se ha arrojado ninguna
conclusión de cómo afectan los parabenos al desarrollo del cáncer de mama,
aunque algunos científicos apuntan a que los parabenos tienen una acción que
imita a los estrógenos (hormonas sexuales, esteroides), y esto podría
contribuir al desarrollo de los tumores cancerígenos.
Por otro lado, diversos estudios han concluido que los
parabenos son bien absorbidos por el tracto intestinal y perfectamente
eliminados en la orina, pero cuando son absorbidos por la piel (cuando se
utilizan externamente), parece que su eliminación no es tan sencilla y rápida.
A fecha de hoy no existe ningún estudio concluyente que
alerte sobre el uso de parabenos, y para las autoridades sanitarias sigue
siendo un producto “no tóxico” y se continua utilizando en igual medida, pero a
pesar de esto se siguen analizando sus efectos a largo plazo en diferentes
estudios por todo el mundo, sobre todo en su aplicación en la cosmética
infantil, en los desodorantes y en las lacas de uñas.
CONCLUSIÓN
Los parabenos, al igual que la mayoría de los aditivos
(conservantes, colorantes, saborizantes, antioxidantes, emulsionantes,
edulcorantes, espesantes...), en estudios preliminares se califican como “no
tóxicos”, y se comienzan a utilizar industrialmente sin ningún reparo, y no da
tiempo a valorar los efectos que tendrán esos compuestos a largo plazo, en
diferentes estados de salud, en grandes cantidades o en combinación con otros
compuestos químicos.
Al igual que en muchos otros casos, la industria y el
consumo exige un ritmo de producción que hace que los productos salten al
mercado sin el suficiente tiempo de estudio y sin tener en cuenta muchas
variables.
Por otro lado, el problema de casi todos los aditivos, no
solo de los parabenos, es que forman parte del 99% de los productos que
consumimos a diario, por lo que estos compuestos se acumulan en nuestro
organismo a un ritmo mayor de lo que nuestro cuerpo es capaz de asimilar.
Una vez más parece ser que el problema no es del producto en
sí mismo, sino de su uso indiscriminado y de nuestro volumen de consumo.
¿CÓMO EVITAR LOS COMPUESTOS SINTÉTICOS EN COSMÉTICA?
Cómo ya os he dichos en muchas ocasiones los productos
ecológicos cosméticos no contienen o no deben contener parabenos ni otras
sustancias químicas sintéticas como parafinas o perfumes. Os recomiendo el uso
de aceites vegetales puros y procedentes de agricultura ecológica, aceite de
Almendras, de Coco, de Jojoba, de Caléndula, Hipérico o Rosa de mosqueta, que
se pueden utilizar junto con los aceites esenciales también puros para
diferentes usos cosméticos o terapéuticos. También os recomiendo el desodorante
de mineral de alumbre o el uso de desodorantes naturales elaborados con aceites
esenciales como sustitutos de los desodorantes convencionales.