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viernes, 8 de mayo de 2015

¿QUÉ ES EL SERÚM?


Muchas veces utilizamos cremas y otros productos de belleza por inercia, sin saber realmente cuáles son sus propiedades y lo que conseguiremos con ellos. Hemos oído muchas veces que a partir de una cierta edad, es necesario un complemento para nuestra crema hidratante diaria, el sérum.

El Sérum (que en realidad quiere decir suero), es un producto cosmético que se caracteriza por estar más concentrado. Sin embargo y a pesar de su concentración en productos activos su textura suele ser bastante ligera. Pero gracias a esta concentración es a su vez más efectivo, ya que no produce un efecto superficial en la dermis, sino que es capaz de llegar a las capas más profundas de la piel, reparando en profundidad. Es una ayuda ultraconcentrada.

El sérum es imprescindible usarlo a partir de una cierta edad, que se sitúa generalmente alrededor de los treinta años que es cuando la piel requiere más cuidados específicos. En cualquier caso, todas notamos en algún momento que la crema que usamos diariamente se queda corta y que nuestra piel está pidiendo algo más, pues bien, ese el momento en que debemos introducir el suero en nuestra rutina de cuidado diario.

¿CÓMO Y CUÁNDO APLICARLO?

El Sérum debe ser un plus a vuestra crema hidratante habitual y su aplicación debe ser anterior a la crema por la mañana y también por la noche. Debemos aplicarlo en el rostro, pero también en cuello y escote y la piel habrá de estar perfectamente limpia antes de proceder a su aplicación.  Y por supuesto debemos evitar el contacto con los ojos.

Si queremos ir algo más rápido podremos también mezclarlo con la crema y proceder a aplicarlos juntos.

El sérum no hidrata, por ello es fundamental que siempre se aplique en combinación con la hidratante habitual. Es con esta sinergia entre ambos productos como podremos obtener buenos resultados.

Además hay que tener en cuenta que los sueros no suelen llevar SPF o protección solar por lo que si queremos que nuestra piel esté protegida ante las agresiones externas, será necesario que apliquemos nuestra crema hidratante a continuación.

Debido a la textura ligera que suelen tener, su aplicación es muy fácil y suelen ser absorbidos muy bien por la piel, sin dejar sensación grasa.

Al estar muy concentrados no es necesario aplicar gran cantidad, bastará con dos o tres gotitas para que haga su efecto.

CLASES DE SUEROS

Al igual que las cremas, los sérums están destinados a finalidades concretas, por ello:

habrá sérums hidratantes, reparadores, antiarrugas, regeneradores, despigmentantes, con efecto lifting… Lo que habremos de hacer es encontrar aquel que más se adecué a las características de nuestra piel.

Como regla general, entre los veinte y los treinta podremos usar un sérum que sea simplemente hidratante.

A partir de los treinta es recomendable que el sérum aporte firmeza y también luminosidad.

Pasados los cuarenta será necesario que sea efectivo contra los signos visibles del envejecimiento de la piel como son las manchas y arrugas.

Cumplidos los cincuenta habrá de tener un efecto remodelador que ayude a la recuperación del contorno facial y evite la flacidez.

EFECTO BÓTOX


En la actualidad es un producto cosmético que es usado contra las arrugas faciales. En realidad se trata de una toxina, la toxina botulínica que es elaborada por una bacteria. Lo que produce es una parálisis muscular en grandes dosis, en la concentración que puede haber en un cosmético, que siempre es en cantidades diluidas, lo que provoca es un efecto tensor inmediato de la piel. Generalmente se aplica inyectándose en el rostro. El efecto es inmediato, pero también temporal y sólo dura entre tres y seis meses.