Cuando hablo de los venenos blancos hablo de: Harina de
trigo, azúcar refinada, sal refinada, arroz blanco, leche de vaca y derivados.
Todos coinciden en su mala capacidad nutritiva. No sólo tienen pocos nutrientes
sino que además son en parte responsables de muchas enfermedades que sufrimos.
La obesidad, la tensión arterial alta, la diabetes, la depresión y últimamente
incluso la muerte súbita, son problemas relacionados con el consumo de estos
alimentos.
1. Harina
de trigo. Cuando más fina y
blanca es la harina, menos fibra, vitaminas y minerales contiene. El pan
blanco, el pan de salvado (falsos integrales), la bollería (pan dulce y
pasteles), no contienen vitaminas ni minerales, mientras que favorecen las
caries, el cáncer, el colesterol y la diabetes.
Los panes más recomendables son el pan de centeno y el pan integral.
Germen de trigo y Salvado El germen es la parte más
nutritiva, una importante fuente de proteínas e hidratos de carbono. Es
destacable su alto aporte en vitamina E y un alto contenido de ácido linoléico
que ayuda a equilibrar el organismo, pues interviene directamente en los
procesos de asimilación de las grasas por parte del organismo, así como en la
asimilación de los azúcares y las proteínas. Es destacable el alto contenido
que tiene en vitaminas del grupo B, entre las que se encuentran la B1, B2 y B6.
2. Azúcar
refinada.
No es buena porque no aporta ningún nutriente, solo
calorías vacías. Los azúcares refinados son causantes muy directos de obesidad,
de un desequilibrio nutritivo y caries. El problema radica en la forma en que
incorporamos los azúcares a la alimentación, las frutas y las verduras, por sí
mismas, ya aportan azúcares en una forma más saludable. Edulcorantes químicos como
el aspartamo, la sacarina y los ciclamatos se les ha relacionado con un mayor
riesgo de cáncer.
Estudios hechos en Sudáfrica sobre muestras de orina de dos
mil trabajadores de plantaciones de caña de azúcar, no hallaron trazas de
glucosa, pese a que en promedio mascaban 2 kg diarios de caña, o sea que
ingerían unos 350g de azúcar por día. La explicación es sencilla: mientras la
caña mascada es un alimento natural, completo y fácilmente metabolizable, el
azúcar refinado es un producto extraño y nocivo para el organismo.
3. La
sal refinada.
La sal refinada
que nos venden es sólo cloruro sódico, que aunque le hayan incorporado flúor o
yodo, esto ha sido de manera artificial y no en las proporciones en las que se
encuentra en la sal marina pura. La
comida procesada se encuentra llena de sal refinada (entre 8 y 20 veces más de
la dosis recomendada), provocando el aumento del riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares. El cloruro sódico
“solo” es peligroso para la salud, no así cuando esta compensado, tal como se
encuentra en la sal marina, con otros minerales como: azufre, boro, bromo,
carbono, estroncio, magnesio, potasio, aluminio, arsénico, bario, cesio, cobalto,
flúor, fósforo, hierro, litio, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel,
nitrógeno, oro, plata, radio, rubidio, selenio, silicio, torio, uranio,
vanadio, cinc, yodo…
La industria ha desarrollado complejos y costosos
procedimientos de limpieza y purificación de la sal. Por el gran valor
industrial del componente básico de la sal (el cloruro de sodio) en el
desarrollo de los productos de síntesis química. Una vez liberado de
“impurezas” (y por tanto del equilibrio iónico que le confieren los restantes
82 elementos), el cloruro de sodio es un reactivo perfecto y económico.
Biológicamente el organismo no reconoce estas sustancias refinadas y de extrema
pureza; es más, las considera tóxicas por su reactividad. Irónicamente, por la
misma razón que la industria aprecia al cloruro sódico (capacidad reactiva), el
organismo lo rechaza.
Los problemas causados por excesos con la sal.
La sal puede contribuir a las enfermedades del
corazón, uno de los principales problemas con el exceso de sal en la dieta es
la contribución de esta a la hipertensión arterial. Investigaciones llevadas a cabo parecen indicar
que una cucharadita adicional de sal al día tiene al cabo del tiempo el
resultado de duplicar el riesgo de apoplejías en personas obesas. Según los
investigadores la sal daña las paredes de los pequeños capilares del cerebro y
contribuye a un gradual deterioro de la memoria.
4. Arroz
blanco.
Al igual que la harina, el refinado por el que pasa el arroz
le quita todo el aporte energético y vitamínico que puede tener. El arroz
blanco causa aumentos bruscos en los niveles de glucosa en la sangre, lo cual es
un riesgo para la diabetes. Aunque el arroz se ha consumido durante siglos, fue
en el siglo XX cuando comenzó a refinarse y consumirse como arroz blanco. El
arroz integral es una opción más sana porque libera la glucosa de forma más
gradual.
El grano de arroz se compone de tres partes básicas: Salvado
o cascarilla: es la cáscara que protege al grano. Es rica en fibra, vitamina B
y minerales. Endospermo: es la parte central del grano que le provee de
energía. Es rico en almidón (carbohidrato), y contiene algunas vitaminas del
grupo B y algo de proteína. Germen: es un corazón rico en nutrientes a partir
del cual se formará otra planta. Es rico en ácidos grasos, vitamina E, antioxidantes,
vitaminas del grupo B y proteína.
5. Leche
de vaca.
Está considerada como la principal causa de alergias en los
niños. El aporte de grasas saturadas y colesterol, como proteínas no del todo
aptas para el humano hacen considerar que no es el alimento tan completo y
saludable que nos han hecho creer durante años. Algunos estudios, incluso la
relacionan con la diabetes y hasta con la osteoporosis, porque al ser baja en
magnesio, no favorece al hueso a absorber el calcio. Si a ello sumamos los
medicamentos y hormonas con las que se tratan a las vacas y que luego aparecen
en la leche, hacen recomendable sustituirla por otras alternativas naturales
más saludables.
Peligros de la leche de vaca
1.- La Leche reduce el hierro en los niños pequeños. De
igual manera, contribuye a la carencia de ácidos grasos esenciales y Vitamina
E.
2.- La leche animal estimula al cuerpo a producir mucosidad.
3.- La Caseína, es una proteína presente en la leche,
produce en un gran número de niños, que los tejidos blandos se hinchen.
4.-La leche contiene cantidades anormales de antibióticos,
contiene cantidades excesivas de aprox. 59 tipos diferentes de hormonas.
5.- El azúcar en la leche (lactosa) es muy difícil de
digerir ya que cuando una persona llega a la edad de dos años, los intestinos
elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la
lactosa.
ALTERNATIVAS A LOS VENENOS BLANCOS.
Es muy difícil eliminar por completo estos elementos de
nuestra dieta, sin embargo, hay algo que puede facilitarnos esta tarea. Existen
alternativas en el mercado para cada uno de estos productos que hacen daño a
nuestra salud.
Para
la harina
Hay mejores harinas en el mercado como son la de almendra,
garbanzo o incluso la de maíz si este es ecológico.
Aun así, es cierto que como con la harina de trigo no se
cocina con ninguna de sus hermanas saludables. El pan, de hecho, es difícil de
hacer con otra harina. Hoy por hoy, el pan es malo para nuestra salud.
Para
el azúcar
Endulzar las comidas de más es malo. Existe el azúcar
moreno, que es menos dulce que el blanco. Es precisamente porque es menos dulce
por lo que el que la consume suele echar más cantidad hasta igualar la dulzura
del azúcar blanco. Con eso no conseguimos absolutamente nada, es mejor no
edulcorar las comidas en exceso y usar miel, quizás, como sustituto del azúcar.
Para
la sal blanca
El mejor sustituto para la sal es la del Himalaya. Esta sal
es de color rosa y es muy saludable.
Para
el arroz blanco
Es mejor comprar arroz integral con grano largo. Que el
producto sea natural es tan obvio como pedirle al arroz que sea arroz y no otra
cosa. Además es importante que sea de grano largo ya que contiene una mayor
cantidad de nutrientes.
Para
la leche de vaca
Al igual que con otros productos, hay otras muchas variantes
de leche. Existe la leche de almendras, de avena y de otras procedencias. Muchas
de las leches tienen mucho azúcar, por eso es importante evitar algunas como la
de soja y la de arroz.