Translate

sábado, 28 de marzo de 2020

¿VAPEAR ES SANO?




Los cigarrillos electrónicos o vápers no dejan de sumar aficionados y la moda no deja de extenderse sobre todo entre adolescentes y jóvenes. A los más jóvenes les encanta la posibilidad de practicar un ritual adulto y acaban comprándose un váper porque "no es malo para la salud", o quieren convencerse de ello. Así estos jóvenes comienzan con el váper, que también interesa a quienes ya están de vuelta y quieren dejar el tabaco. Estos se preguntan si realmente es una práctica saludable o van a salir del fuego para meterse en las brasas.


¿QUÉ HAY EN EL HUMO DEL VÁPER? ¿ES SALUDABLE?

Un váper o cigarrillo electrónico: es un dispositivo que utiliza una batería y una resistencia para calentar y vaporizar una solución líquida con diferentes ingredientes. El humo o, mejor dicho, el vapor, es aspirado por el usuario, que puede hacerlo circular por los pulmones ("tragándoselo") o no.


CON O SIN NICOTINA

Hay que analizar cada una de las características para intentar determinar el efecto sobre la salud. Empecemos por la solución líquida, que parece lo más importante. Esta puede contener nicotina o no.
La que contiene nicotina se utiliza para deshabituarse progresivamente del tabaco, pues se pueden elegir líquidos con diferentes grados de concentración. Por eso se utiliza en terapia para dejar el tabaco de manera similar a los parches o chicles de nicotina.

Os recuerdo que la nicotina es una sustancia estimulante, tóxica a partir de determinadas dosis y adictiva, pero no está probada su carcinogenicidad. El tabaco es cancerígeno por otras sustancias fruto de la combustión, no por la nicotina.


PROPILENGLICOL, GLICERINA Y AROMAS

La mayoría de líquidos para vapear contienen tres ingredientes: propilenglicol (en torno al 70%), glicerina vegetal (30%) y aromas.

El propilenglicol: es un alcohol aceitoso, muy utilizado en una variedad de productos, desde pinturas a medicamentos. Sus vapores pueden causar irritación de las vías respiratorias de algunas personas sensibles y con más frecuencia en los ojos. Por este motivo se recomienda que no se use en una de sus muchas aplicaciones: la fabricación de niebla en discotecas y teatros.

Existen soluciones líquidas para váper sin propelinglicol que evitarían sus potenciales inconvenientes.

La glicerina vegetal: la misma que sirve para hacer jabones naturales– no parece, en principio, problemática para una persona sana. Se han denunciado un par de casos de neumonía lipoidea en que los médicos la atribuyeron a la glicerina del váper, pero esta etiología ha sido rebatida por otros especialistas y no existe un consenso científico que relacione la glicerina con la enfermedad.

Los aromas: son generalmente compuestos de origen sintético (derivados del petróleo). Estos aromas suelen ser aditivos alimentarios y algunos expertos advierten que no se tiene seguridad sobre su efecto al ser inhalados.

Además de los ingredientes, es importante tener en cuenta el calentamiento. El váper calienta el líquido para producir el vapor hasta una temperatura máxima de 65 ºC, por lo que no se produce un proceso de combustión comparable al cigarrillo convencional y no se generan los compuestos tóxicos volátiles que están asociados.


PUEDE HABER INGREDIENTES DESCONOCIDOS.

Varios estudios científicos han hallado en el vapor trazas de cancerígenos o neurotóxicos como el formaldehído, el acetaldehído, la acroleína y el diacetilo, pero siempre en concentraciones muy por debajo (entre 10 y 450 veces menos) del cigarrillo de tabaco.

Es difícil saber qué hay realmente en un líquido para vapear. No hay una normativa y bajo el epígrafe "aromas" se pueden incluir compuestos muy diferentes.

Por eso es interesante el estudio que realizó el catedrátido de química ambiental Joan Grimalt en el Instituto de Investigación Ambiental y del Agua, del Consejo Superior de Investigación Científicas.
Grimalt trató de determinar los compuestos orgánicos e inorgánicos que son realmente inhalados por los usuarios del váper y por los vapeadores pasivos, y los comparó con los que se encuentran en el humo del tabaco.

En el vapor del váper solo encontró cantidades significativas de propilenglicol, glicerina, nicotina y, en algún caso, vainilla. También había otros compuestos tóxicos, pero en proporciones similares a las que se encuentran en el aire de una ciudad.

En cambio, en el humo de tabaco detectó más de 1.200 compuestos, entre ellos varias formas de nicotina, y algunos cancerígenos y neurotóxicos. Para Grimalt, el váper es comparable a los chicles o parches de nicotina.

A los compuestos mencionados hasta ahora habría que sumar la eventual presencia en el vapor de partículas metálicas procedentes de la resistencia.

El químico Miroslaw Dworniczak considera que los usuarios deben tenerlo en cuenta y evitar la práctica de poner al rojo las resistencias para limpiarlas, lo que podría alterar el comportamiento del metal y facilitar la liberación de partículas.


LAS AUTORIDADES SANITARIAS NO SE PONEN DE ACUERDO.

Sería de esperar que las autoridades sanitarias nacionales e internacionales hubieran analizado a fondo la cuestión y ofrecieran a los ciudadanos una conclusión útil, pero la verdad es que hasta ahora las reacciones han sido diferentes y contradictorias.

En España, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, dependiente del Ministerio de Sanidad, dio a conocer una comunicación el pasado mes de febrero en la que indicaba que "no pueden excluirse los riesgos para la salud" de los cigarrillos electrónicos y advirtió de que "generan un aerosol que contiene nicotina en igual o mayor medida que el cigarrillo tradicional" y aconsejó "no consumir ninguno de estos productos".

De esta manera el gobierno español se centraba en el problema de la nicotina y no aclaraba nada a los usuarios interesados en los vapers sin esta sustancia.

En el Reino Unido el tema llegó recientemente a la cámara de los Comunes y la conclusión de la comisión de ciencia y tecnología fue que los vapers pueden ser un medio eficaz para dejar de fumar (justo lo contrario de lo que piensan las autoridades españolas, que lo consideran una puerta de entrada al tabaco).

Los Comunes estiman que en el Reino Unido hay medio millón de personas que están en proceso de abandonar el tabaco con la ayuda del váper.

Por esta razón creen que no deben imponerse las mismas normas a los vapeadores que a los fumadores, y recomiendan que se les permita vapear en medios de transporte y otros espacios públicos donde fumar está prohibido.


¿QUÉ PUEDE PENSAR UN CIUDADANO DE A PIE QUE CUIDE SU SALUD?

Si fumas, en este caso el fin puede justificar los medios. Si vapear te sirve para dejar de fumar, bienvenido sea temporalmente.

Si no se fuma tabaco, vale la pena preguntarse si tiene sentido iniciarse en un hábito que representa inhalar una mezcla de sustancias cuya composición incluye ingredientes sintéticos y probablemente algunos desconocidos, cuando no supone ninguna ventaja para la salud, implica un gasto económico y provoca cierta alarma a nuestro alrededor en otras personas convencidas de que ese humo les hace daño.

Si el placer está en el aroma, ¿realmente no tenemos suficiente y no son más seguros los sabores y olores que proporcionan los alimentos, las especias, las plantas medicinales, las flores o los aceites esenciales?

Si lo que te atrae es el ritual, pregúntate si estás buscando demostrar que no eres un niño, atraer la atención, formar parte de un grupo o calmar tu ansiedad con un sustituto de cálido alimento emocional. Todas estas cuestiones se pueden abordar sin someter a tu cuerpo a una dosis innecesaria de riesgo.

sábado, 14 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: SÍNTOMAS, TRATAMIENTO Y COMO PREVENIR SU CONTAGIO




El coronavirus Covid-19 mantiene en alerta al mundo y ha provocado una crisis sanitaria sin precedentes, agravada por su expansión por todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la crisis del coronavirus como pandemia, y es que lo que empezó como un quebradero de cabeza para China se ha convertido en un problema de salud pública a nivel global.


¿QUÉ ES EL CORONAVIRUS?

El coronavirus debe su nombre a su aspecto, parecido a una corona, Provocan distintos tipos de enfermedades y es habitual contraer alguno a lo largo de la vida, sin más trascendencia. Son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. El Covid-19 bautizado inicialmente como 'virus de Wuhan'  en referencia al lugar donde surgió y donde se han registado la mayoría de casos, recuerda a infecciones como el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS) o el síndrome agudo respiratorio grave (SARS).

Este tipo de epidemias suelen estar provocadas por virus de animales que usan ácido ribonucleico (ARN) como material genético para mutar y acaban transmitiéndose a otros seres vivos. En este caso concreto, el principal sospechoso es el murciélago, si bien los expertos creen que ha tenido que haber cambios sustanciales a través de un "huésped intermediario". Aunque no se conoce de forma precisa su comportamiento, se cree que el coronavirus se transmitía en primer lugar a través del contacto con animales infectados, pero una vez que mutó ya era capaz de pasar a las personas.

Una primera investigación llevada a cabo por científicos chinos sugería que el virus podría haber residido en las serpientes. Después de localizar el germen, consiguieron estudiarlo para tratar de determinar de dónde procedía y los motivos de su virulencia. Tras compararlo con otros coronavirus conocidos, pronto hallaron que se trataba de la mezcla de uno originario de los murciélagos pero mezclado con otro de origen desconocido. Y esa recombinación de ARN fue a parar, primero, a las sierpes y, después, a los pangolines (animal tiene escamas desde la punta hasta la cola y puede enrollarse como una bola), tal y como explica el estudio publicado en el 'Journal of Medical Virology'. No obstante, no hay pruebas concluyentes en ninguno de los casos.

Investigadores de la Universidad de Pekín y del Instituto Pasteur de Shanghai han identificado dos cepas principales relacionadas con el Covid-19: una más agresiva, que está provocando el 70% de los casos, y otra menos virulenta, que afecta al 30% de los enfermos. Tras analizar 103 genomas secuenciados, llamaron a una 'tipo L' y a la otra 'tipo S'. La de 'tipo L' presentaba especial virulencia y fue más común al comienzo del brote, pero su frecuencia ha disminuido después de principios de enero, a causa, según los científicos, de las estrictas medidas que China puso en marcha. El 30% restante de las cepas, que llamaron ‘tipo S’, tienen efectos menos peligrosos para las personas.

Por el momento, tampoco hay ninguna evidencia de que el Covid-19 tenga un comportamiento estacional y que, al igual que sucede con la gripe común, comience a remitir con la llegada de la primavera al hemisferio norte. “Con este virus no hay datos, existe algún estudio in vitro que sugiere que ante altas temperaturas se inactiva en parte, pero ese no es el único factor que importa”, explica el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla y presidente de la Sociedad Europea de Microbiología e Infecciosas. El virus de Wuhan se parece mucho al SARS, que "no tuvo un claro comportamiento estacional” y bajo el punto de vista de uno de los virólogos españoles más reconocidos del mundo, "la vacuna contra la gripe o los antivirales que tenemos no funcionan, así que son distintos, pero se transmiten de forma muy parecida y la enfermedad que causan también es similar, puede ir desde muy suave a muy severa". En este sentido, apunta a que "la gran diferencia con la gripe estacional es que hay personas que no se infectan porque la han tenido hace poco o porque la vacuna les ha funcionado bien". "En la gripe pandémica, como la gripe A de 2009, no existe esa inmunidad, así que el número de infecciones puede ser mayor y, en ese sentido, se parece más".


¿CÓMO SE CONTAGIA EL CORONAVIRUS?

Una persona puede contraer el Covid-19 por contacto con otra que esté infectada por el virus. "La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala". Estas gotículas caen sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, de modo que otras personas pueden contagiarse de Covid-19 si tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca.

También pueden contagiarse si inhalan las gotículas que haya esparcido una persona con COVID-19 al toser o exhalar. Por eso es importante mantenerse a más de un metro (tres pies aproximadamente) de distancia de una persona que se encuentre enferma. Los investigadores han descubierto que el virus puede permanecer en el aire durante, al menos, 30 minutos y viajar hasta 4,5 metros. No obstante, este tiempo de permanencia depende de factores como la temperatura y el tipo de superficie. Por ejemplo, con una temperatura en torno a los 37 grados, puede sobrevivir durante dos o tres días en cristal, tela, metal, plástico o papel.

Ante la incertidumbre generada, la OMS ha desmentido que se propague a grandes distancias a través del aire y ha asegurado que la principal vía de contagio son las gotículas que se generan cuando una persona infectada tose o estornuda, o a través de saliva o de secreciones de la nariz. Del mismo modo, ha confirmado la seguridad que supone recibir una carta o un paquete procedente de China, epicentro del brote, ya que, según la información preliminar, el nuevo coronavirus puede sobrevivir en una superficie durante unas horas. Que los animales de compañía propaguen el nuevo coronavirus ha sido también negado por la institución, que no tiene "ninguna prueba" de que el nuevo coronavirus infecte a animales de compañía como los perros y los gatos.


ASI AFECTA EL CORONAVIRUS SEGÚN LA EDAD.

Tasa de letalidad del virus según los grupos de edad.


Grupos de edad
Casos confirmados
Fallecimientos
Tasa de letalidad
De 0 a 9 años
           0.416
             0
             0.0
De 10 a 19 años
           0.549
             1
             0.2
De 20 a 29 años
           3.619
             7
             0.2
De 30 a 39 años
           7.600
           18
             0.2
De 40 a 49 años
           8.571
           38
             0.4
De 50 a 59 años
         10.008
         130
             1.3
De 60 a 69 años
           8.583
         309
             3.6
De 70 a 79 años
           3.918
         312
             8.0
Mayores de 80 años
           1.408
         208
           14.8

Tras estudiar 44.672 casos, en el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades ha estimado que el virus afecta de manera leve a casi un 81% de los infectados pues buena parte de los contagiados se encuentran, a priori, fuera de los grupos de riesgo en los que el coronavirus provoca mayores defunciones. La mayoría de los casos de contagio se dan entre la población que tiene de 30 a 79 años, con una tasa de letalidad media del 2,3%, mientras que la mayor parte de los fallecidos supera la barrera de los 50 años, una edad a la que, según se deduce del mayor estudio elaborado hasta la fecha, aumenta el riesgo de mortalidad, con una tasa de letalidad del 1,3%.


SINTOMAS.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aún admite que "no se sabe lo suficiente sobre Covid-19 como para sacar conclusiones definitivas sobre cómo se transmite, las características clínicas de la enfermedad o el grado en que se ha propagado", pero a juzgar por los miles de casos registrados hasta la fecha y las similitudes con otras cepas de coronavirus, puede presentarse de diversas formas; desde el resfriado común hasta la neumonía aguda. Estos son algunos de los síntomas más frecuentes entre los infectados:

Fiebre.
Cansancio.
Tos seca.
Dolores (en algunos pacientes).
Congestión nasal (en algunos pacientes).
Rinorrea (en algunos pacientes).
Dolor de garganta (en algunos pacientes).
Diarrea (en algunos pacientes).

Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual, si bien algunas personas no muestran ninguno y ni siquiera se encuentran mal. Una de cada seis personas que contrae el virus desarrolla una enfermedad grave y tiene gran dificultad para respirar, especialmente personas mayores y las que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes.

En casos más graves, la infección también puede causar:

Neumonía.
Síndrome respiratorio agudo severo.
Insuficiencia renal.

Basándose "en lo que se ha observado previamente como el período de incubación", los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que los síntomas podrían aparecen en tan sólo dos días o hasta 14 después de la exposición. No obstante, el epidemiólogo chino Zhong Nanshan, conocido por su trabajo en la gestión del brote de SARS y que ha sido nombrado asesor principal del Covid-19, sugiere que el período de incubación del nuevo coronavirus podría ser de hasta 24 días.


TRATAMIENTO.

Por el momento, no se recomienda "ningún medicamento específico" para prevenir o tratar la infección, pero los médicos de medio mundo trabajan a contra reloj en desarrollar una cura tomando como referencia las experiencias pasadas. Las autoridades de China tienen previsto comenzar en abril a probar en humanos vacunas creadas recientemente. "Varios equipos de investigación están probando técnicas diferentes para desarrollar una posible vacuna y se espera que la primera vacuna pueda ser sometida a exámenes clínicos a finales de abril.

El Gobierno de China puso en marcha cinco formas distintas de abordar la crisis sanitaria, entre las que se encuentra el desarrollo de una vacuna, el uso de la ingeniería genética para producir proteínas que actúen como antígenos o la modificación de vacunas ya existentes, como la que se utiliza frente al Influenzavirus A. En cualquier caso, la OMS ha alertado de que el proceso para aplicar vacunas podría llevar "entre 12 y 18 meses". Además, el organismo ha recordado que las vacunas contra la neumonía, como la neumocócica y la vacuna contra 'haemophilus influenzae' de tipo B (Hib), no protegen contra el nuevo coronavirus; y que "no hay pruebas" que demuestren que enjuagarse regularmente la nariz con una solución salina proteja de la infección, al igual que comer ajo o aplicarse aceite de sésamo en la piel.

Los investigadores chinos llevan meses probando diferentes compuestos —ya existentes y disponibles en cualquier farmacia— para ver si alguno logra combatir o, al menos, proteger a los pacientes de la neumonía, que es lo que finalmente acaba provocando las muertes. Hace unos días, Jianjun Gao, Zhenxue Tian y Xu Yang, farmacólogos del Hospital Universitario de Qingdao, presentaron un estudio que señala a un viejo fármaco, la cloroquina como un remedio aparentemente eficaz para detener la infección. "En los primeros estudios 'in vitro', se encontró que la cloroquina bloqueaba la infección por Covid-19 a unas concentraciones muy bajas".


PREVENIR EL CONTAGIO.

Por el momento, el mejor remedio es la prevención. Tras anunciar que el riesgo de expansión del Covid-19 ha pasado de nivel "alto" a "muy alto" en todo el mundo, equiparando así la situación global a la que vive China desde enero, el director general de la OMS, ha dado diez consejos a la ciudadanía de todo el mundo para prevenir el contagio del virus y colaborar en el freno de su expansión. Entre ellos, no se incluye el uso de mascarillas, pero sí otro tipo de medidas cautelares muy similares a las de otras enfermedades infecciosas:

Lavarse las manos frecuentemente con un gel antiséptico, o con agua y jabón si no se dispone de éste. El virus puede transmitirse al tocar superficies contaminadas o a enfermos, por lo que esta acción reduce los riesgos.

Limpiar regularmente determinadas superficies, como los escritorios en lugares de trabajo o en la cocina.

Asegurarse de que la información sobre el Covid-19 procede de fuentes fiables, como las agencias nacionales de salud pública, profesionales médicos, o la propia OMS. Saber, por ejemplo, que la enfermedad suele comenzar con fiebre o tos seca, no con molestias nasales.

Evitar los desplazamientos si se tiene fiebre o tos. Si se cae enfermo durante un vuelo, informar inmediatamente a la tripulación, y una vez en el domicilio, contactar con profesionales sanitarios, contándoles dónde se ha estado.

Toser o estornudar sobre la manga del brazo (no sobre la mano) o usar un pañuelo que deberá ser inmediatamente tirado a la basura, para después lavarse las manos.

Si se tienen más de 60 años o problemas de salud tales como una enfermedad cardiovascular, respiratoria o diabetes, hay mayor riesgo de caer gravemente enfermo ante un hipotético contagio, por lo que deben tomarse precauciones extra, evitando zonas concurridas o lugares donde podría haber contacto con potenciales enfermos.

En caso de sentirse mal, quedarse en casa y llamar a un médico o un profesional sanitario, que debería preguntar los síntomas, dónde se ha estado y con quién se ha tenido contacto.
En caso de caer enfermo, quedarse en casa, separarse del resto de la familia, incluso al comer y dormir, y utilizar diferentes cubiertos y platos.

Llamar al médico si se nota falta de aliento.

En caso de vivir en una comunidad afectada, es comprensible sentir ansiedad. Buscar la manera en la que se puede ayudar en ella, y a la vez informarse de cómo garantizar la seguridad en lugares de trabajo, escuelas o lugares de culto.


martes, 10 de marzo de 2020

GRELINA, LA HORMONA QUE CONTROLA NUESTRO APETITO




La grelina es una hormona que segrega el aparato digestivo. Su funcionamiento habitual es el de predisponer los diferentes órganos del aparato digestivo para la digestión de los alimentos, y es que al comer se segrega para hacer la digestión. Pero no solo esta es la finalidad de esta hormona, sino que en periodos de hambre continuada el organismo segrega esta hormona con la finalidad de despertar el apetito de la persona en cuestión, ya que al llevar tiempo sin probar bocado nuestro cuerpo necesita nutrientes, y por ello se activan diferentes mecanismos como la segregación de esta sustancia.

El efecto que la grelina tiene en nuestro organismo es rápido y se caracteriza por unas ganas incontroladas de ingerir alimento. Curiosamente en las personas más delgadas que llevan a cabo dieta de adelgazamiento, se han detectado más niveles de esta hormona, ya que el hambre que pasan es mayor y el organismo incita más a ingerir alimentos; mientras que en las personas con sobrepeso se ha encontrado niveles inferiores de grelina. Esto se debe a que el organismo detecta una necesidad de ingerir alimentos y para conseguir que lo llevemos a cabo aumenta el apetito mediante la segregación de esta hormona que emite señales al cerebro por las que muchos se lanzan a llevar a cabo grandes comilonas para paliar ese apetito voraz repentino.

Es importante que mantengamos los niveles de esta hormona en parámetros normales, para ello simplemente bastará con no pasar grandes periodos de tiempo sin ingerir alimento. Por ello lo ideal es repartir las comidas en varias a lo largo de la jornada, de modo que consumamos alimento cada tres o cuatro horas. Eso sí, deben ser porciones pequeñas, pues debemos consumir lo mismo que siempre, pero repartido en varias comidas. Lo mismo pasa cuando perdemos peso de forma rápida y drástica haciendo una dieta espartana, ya que al perder mucho el organismo segregará más cantidades de esta hormona obligándonos a caer de nuevo en comilonas. Para evitarlo es importante seguir una alimentación equilibrada en la que no pasemos hambre y no realicemos subidas y bajadas de peso bruscas, sino que controlemos el peso en todo momento.


LAS FUNCIONES DE LA GRELINA.

La grelina no sólo estimula el apetito y el hambre siendo por ello una hormona orexígena (que favorece la ingesta de alimentos) sino que además interviene estimulando hormonas anabólicas, señalizando la ausencia de nutrientes, reduciendo la saciedad y el gasto calórico.

Tiene efectos a corto plazo sobre la ingesta de alimentos y también a largo plazo en la regulación del peso corporal, ya que por ejemplo estimula el apetito pero también, favorece el almacenamiento de grasas, el ahorro energético o caída del metabolismo basal y la búsqueda de alimentos concentrados en calorías si por ejemplo hemos adelgazado a base de una dieta restringida en calorías.

La grelina también interviene en el sistema inmune, en la motilidad y funcionamiento del aparato digestivo, en el metabolismo óseo, en la memoria, el sueño y muchas otras actividades más asociadas a la supervivencia de nuestro cuerpo.

Como podéis ver, es una hormona compleja y de gran valor en el funcionamiento habitual de nuestro organismo, siendo clave en el equilibrio energético.


FACTORES QUE INCREMENTAN LA PRODUCCIÓN DE GRELINA

Además de la falta de ingestión de alimentos. Estos son:

Falta de sueño. 
Cuando no se ha dormido durante un tiempo prolongado hay mayor secreción de esta hormona. El cuerpo tiende a compensar la falta de sueño con mayor ingesta de alimentos.

Estrés. 
La grelina actúa muchas veces de manera asociada con otras hormonas, como el cortisol, la llamada “hormona del estrés”. Bajo estados de angustia puede sentirse mayor apetito.

Sedentarismo.
La falta de ejercicio hace que aumenten sus niveles.

La menopausia.
Con la disminución de los estrógenos y la progesterona hay mayor estrés y menos control en la ingesta de alimentos debido al aumento en los niveles de esta hormona.

Edad. 
Si se mantiene una rutina de ejercicios físicos el nivel de grelina se mantiene estable. De lo contrario, tiende a aumentar con el tiempo.

Género. 
Las investigaciones indican que el nivel de esta hormona tiende a aumentar más en las mujeres.


¿CÓMO REGULAR EL EQUILIBRIO DE LA GRELINA?

Y ahora que conocemos los factores que desencadenan un aumento o disminución en la producción de grelina en el organismo, podemos mantener niveles controlados de apetito para así poder logar un peso saludable.

Os dejo algunos consejos para conseguir regularla de forma correcta:

Ejercicio físico
Realizar ejercicio físico de forma habitual ayuda a regular el equilibrio. Está demostrado que practicar diariamente 30 minutos de ejercicio disminuye la producción de grelina por lo que ayuda a controlar mejor la sensación de apetito. Al disminuir la grelina también disminuye la acumulación de lípidos en forma de grasa visceral.

Descansar y dormir
Los periodos prolongados donde se duerme menos de 6 horas diarias altera el equilibrio de esta hormona ya que el organismo para intentar cubrir ese extra de energía que necesita para estar despierto manda señales que se traducen en un incremento de grelina y por lo tanto un incremento del apetito.

Consumir alimentos con alto poder saciante
Los alimentos altos en fibra o proteínas aportan un alto poder saciante ya que permanecen más tiempo en el estómago. Como el estómago se encuentra lleno durante un mayor periodo de tiempo, se retrasa la segregación de la grelina y por lo tanto retrasa el apetito.

Evitar el exceso de fructosa
Las ingestas muy elevadas de fructosa (por encima de los 25 gramos) provocan un aumento desproporcionado de la grelina aumentando mucho el apetito, instantes después de su ingesta. La fructosa se encuentra en grandes cantidades en las bebidas azucaradas o productos procesados y en menor medida en las frutas.


CÓMO MANTENER LA GRELINA EN SUS VALORES NORMALES.

Hacer 5 comidas al día, para mantener la glucemia constante y que el estómago se vaya llenando y vaciando con regularidad.

No hagáis dietas estrictas ni ayunos, pues al bajar rápido de peso los niveles de grelina suben para activar vuestro apetito y así restablecer los niveles de glucosa en sangre y recuperar el peso perdido. El cuerpo siempre tiende a volver a un peso determinado. Cuándo se adelgaza se activan factores que regulan el hambre y cuándo se engorda, se activan mecanismos que activan el metabolismo basal y que reducen el apetito.

Seguir una dieta equilibrada para mantener los niveles de grelina en su concentración óptima. La dieta ideal es alta en grasa insaturada, moderada en hidratos de carbono, con un índice glucémico favorable, moderada en proteínas y baja en fructosa.

Ojo con el hambre visual, uno de los 8 tipos de hambre según la alimentación consciente. Está demostrado científicamente que al observar una comida apetitosa, aumenta la concentración de grelina y las ganas de comer. La imagen de un alimento atractivo aumenta la concentración sanguínea de la hormona del hambre.

Incluir proteína en las 5 comidas y realizar al menos 30 minutos de ejercicio cada día para activar la adiponectina, una hormona adipoquina que aumenta la sensibilidad a la insulina en hígado, músculo esquelético y tejido adiposo. Los niveles circulantes de adiponectina son inversamente proporcionales al índice de masa corporal (IMC) y al porcentaje de grasa corporal. Las concentraciones de adiponectina se pueden encontrar alteradas en la obesidad, diabetes tipo 2 y la enfermedad coronaria.
Tomar un desayuno con proteínas. Vuestro cuerpo tendrá energía para todo el día, sintiéndoos más saciados durante más tiempo.

Las espinacas, la carne de ternera, de cordero, el marisco, el cacao, las habas, las judías, los champiñones y la calabaza, contienen zinc, un gran aliado para la pérdida de peso ya que disminuye el apetito actuando sobre la grelina.

Procurar dormir al menos 7-8 horas, pues el sueño regula los niveles de grelina. Si no descansáis lo suficiente, vuestro cuerpo comienza a producir grelina.
Si trabajáis  por la noche, se alteran los ritmos circadianos de la hormona del apetito (grelina) y aumentará el consumo calórico total.


¿QUÉ PODEMOS HACER PARA CONTROLAR LOS VALORES ADECUADOS DE GRELINA?

Tomar (6 o 7 nueces, un pedazo pequeño de fruta o inclusive un vaso de agua con un poco de fibra) unos 30 minutos antes de la comida principal. Esto hace que los niveles de grelina vayan disminuyendo antes de sentarnos a comer. Como resultado, no necesitamos comer tanto a la hora de comer el plato principal.

Comer lento: Al comer con más calma le vas dando más oportunidad a los niveles de grelina a que se normalicen. Las personas que comen rápido son más propensas a servirse más comida pues los niveles de grelina no han disminuido lo suficiente y se quedan con hambre.