Los queloides son inofensivos. Sin embargo, puede ser
desagradables y molestos. Estos afectan a 1 de cada 10 personas y aparecen
después de una lesión en la piel.
En el proceso de curación, nuestra piel tiene
unos mecanismos para cerrar la herida, entre esos mecanismos está el de la
formación de colágeno para cicatrizar, ese colágeno lo componen unas células
que se llaman fibroblastos, dentro de nuestra piel, en la dermis, en el
queloide, esos fibroblastos reaccionan de forma anómala y crean sin control
mucho más colágeno que no está correctamente formado.
Es como un tumor, las células
están fuera de control. Responden como si hubiese una herida abierta y
continuamente forman cicatriz. No todos los procesos anómalos de
cicatrización culminan en el queloide, muchos se quedan en una fase anterior y
dan lugar a las cicatrices hipertróficas. En
estas, esa cicatrización fuera de lo normal dura habitualmente unos meses y
luego poco a poco se va autolimitando y muriendo esa respuesta. El resultado final
es una cicatriz más grande.
Se suele llamar queloide a cualquier cicatriz poco estética, pero la
mayoría se corresponden con cicatrices hipertróficas el criterio para
diferenciarlas es que la cicatriz hipertrófica está limitada a los bordes
originales de la herida, mientras que el queloide se extiende más allá de los
bordes de la lesión o cicatrices. El queloide es bastante menos frecuente.
¿POR QUÉ SE FORMAN LOS QUELOIDES?
El queloide es difícil de prevenir, puesto que hay
factores anatómicos, genéticos y raciales implicados en su aparición. No
depende, por tanto, de la técnica quirúrgica, ni de los cuidados
postoperatorios.
La genética, como en tantas y tantas enfermedades y
dolencias, es el factor fundamental, hay personas que nunca hacen queloides y
hay personas que en el 80% de sus heridas sí, y en las personas de color es
todavía más frecuente.
Hay zonas del cuerpo más propensas a hacer queloides que
otras, en zonas cercanas al hueso donde la piel está en tensión, y en la cara y
en la tripa es poco frecuente.
El sexo y la edad también influyen, en las mujeres es más
frecuente la aparición de queloides en el escote y los hombros además de esto
las personas más jóvenes también son más vulnerables. Se cree que es porque la
respuesta de las células tiene más vitalidad cuando somos jóvenes.
TRATAMIENTO
Los queloides responden mal a los tratamientos por lo que
es conveniente combinar diferentes en varias sesiones.
Productos derivados de la silicona, polímeros:
Hay polímeros que aplicados en forma de tiritas o de cremas mejoran la
formación de cicatrices. Muchas veces se aplican de forma preventiva. No es la
solución definitiva pero es una ayuda. En los queloides es un apoyo y muchas
veces resuelve las cicatrices hipertróficas si se cogen a tiempo.
Terapia intralesionar:
medicamentos que se inyectan dentro del queloide. Hay sustancias efectivas como
los derivados de la cortisona. Es eficaz en las primeras fases y si el queloide
no es muy severo. Otro grupo son los fármacos antiproliferativos, (sustancia
que impide la reproducción celular) inhiben la proliferación de células que se
multiplican rápidamente.
Láseres: los queloides son
rojizos o amoratados por los vasos sanguíneos, tienen metabolismo alto. Hay
algunos láseres que tratan la proliferación de los vasos. Al ir cerrando esos
vasos se le quita oxígeno y no deja que las células se multipliquen. “Los
láseres vasculares combinados con las inyecciones intralesionar son la
herramienta más eficaz para los queloides.
Ante las dificultades de su prevención, deberéis evitar
cirugías innecesarias en personas cicatrizan con queloides y, en los casos en
los que no se pueda, se puede tratar la cicatriz con corticoides o aplicando
parches de gel de silicona, desde el postoperatorio inmediato, para prevenir su
aparición.
PROTECCIÓN SOLAR.
El sol estropea las cicatrices estimulando la formación
de colágeno anómalo y la pigmentación del queloide. Es muy importante que
en verano os protejáis del sol donde se esté formando la cicatriz o esté
ya hecha.
De cara al verano, deberéis poneros cremas de protección
solar alta o parches reductores que llevan una capa opaca que no permite que
traspase el sol.